La Familia Ramos recuerdan a su hijo Hilario Soldado Caído en el ARA General Belgrano
Por Eva Ávila
Valeria Ríos de Ramos junto a su esposo Hilario Ramos, son padres del soldado caído en el ARA General Belgrano. A 40 años de la gesta de Malvinas, ellos lo recuerdan día a día.
Son padres de 4 hijos, ellos mantienen viva la memoria de Hilario. “Desde pequeño cursó el colegio de la Armada Nacional. Era un niño, bueno, sencillo y obediente. La niñez de él como de sus hermanos fue buena”, dijo Valeria presidenta de la Comisión de Familiares de Caídos de Malvinas e Islas del Atlántico Sur.
En su testimonio, Valeria relató que cuando se realizó el sorteo para el ingreso del servicio militar, él rogaba salir sorteado, pero no quería estar en Salta, su sueño era ir a la Marina, ya que, a los 12 años, como alumno del colegio de la Armada Nacional de Salta, ganó un premio y pudo viajar a Bs As. Allí se enamoró de Bahía Blanca y de la Marina. “Con 12 años se fue con un maestro y estuvo una semana entera con los marinos. Y se enamoró, siempre quiso ser marino” contó la madre.
Sobre su participación en Malvinas, Valeria contó que Hilario se presentó el 2 de febrero de 1982 cuando tenía 18 años, festejó su cumpleaños el 20 de febrero. “Me escribía en una carta: -Mamá mi cumple fue sin chocolate y sin torta, porque allá todo cambia”, contó sonriendo.
Sobre el hundimiento del ARA Gral Belgrano, Valeria recordó: “No sabíamos nada que lo habían hundido al crucero. Yo tenía 35 años. Ese día, el 2 de mayo, día domingo, tuvimos una misa en Las Carmelitas por un familiar, cuando terminó la misa, un sobrino que trabajaba en la Policía Federal, le preguntó a Lucrecia (hija mayor) por Hilario. Y todos sabían que habían hundido al crucero y estaban rescatando a los chicos”.
“Mi esposo y mi hija no me querían decir nada. Yo no sabía. A los 11 días, recién me entero que mi hijo no estaba. Desde el día 2 de mayo mi hijo no estaba. Yo estaba en la luna. Yo prendía la televisión para ver las noticias y no salía mi hijo. Mi esperanza era que salga su nombre”, relató.
Emocionada, Valeria Ríos de Ramos dijo: “El día 11 de mayo llegó a mi casa unos marinos, ellos querian hablar con mi esposo. Ellos nos leyeron una carta diciendo que mi hijo no estaba entre los rescatados y que presumían su fallecimiento. Ahí recién supe que mi hijo no iba a volver”.
Don Hilario Ramos rememoró, “Yo pedí pasajes al gobernador Ulloa, pero todos me decían que no la lleve a Bahía Blanca, porque me iba a poner peor, ella estaba muy enferma con la noticia”. Los primeros años estaba mal, la teníamos que inyectar para que duerma, porque cuando se levantaba recordaba lo malo. Con lagrimas en los ojos, dijo que un día decidieron no inyectarla más.
“Mi mamá Teresa me vino a ver a mi casa, porque yo estaba enferma, me pedían que salga al centro a ver vidrieras, yo no podía, estaba muy mal. Mis hermanos de Metán venían a verme, todos mis hermanos me acompañaron porque el dolor era fuerte”, dijo Valeria.
Con su corazón inmenso de madre, Valeria reconoció: “No puede ser que con todo lo que me está pasando vaya a ver vidrieras. Así que me fui a la Catedral. Fui a llorar amargamente por mi hijo. Ahí un padre se acercó le conté lo que paso y me abrazó. Ahí le pedí si era posible hablar con el Monseñor Pérez, yo quiero que me de una respuesta. Cuando llegue ahí, hable con el Monseñor y le dije: Yo quiero que me diga porque mi hijo de 19 años no ha vuelto, era de la casa, estudioso, bueno, porque no volvió, ya no está. El me respondió: La Patria se llevó a tu hijo y luego me preguntó si tenía flores en mi casa, y yo le dije que sí, y me dijo que si me gustaban las flores. Te veo delgada, desesperada y le estas estaban negando el mejor pimpollo al Señor, ese pimpollo esta en la tierra celestial”, recordó.
Luego, de que el Monseñor Pérez le diera indicaciones para hacer una placa de bronce para ponerla al costado del altar del Señor del Milagro. Ese día ella ya no fue la misma, se levantó y comenzó a luchar por su hijo y todos los familiares de Malvinas.
“El Señor del Milagro, me levantó el que no cree en Dios esta equivocado. Sali adelante, dejé de llorar y desde ahí comencé a luchar y comencé a buscar a los veteranos y formamos la Comisión de Familiares de Caídos de Malvinas e Islas del Atlántico Sur.
Sobre las cartas que recibía de su hijo remarcó los mensajes que le decían: “Mamá no tengas miedo, somos hombres, estamos preparados para no tener miedo. No estés llorando mamá, reza mucho por nosotros, vamos a sacar cagando a los ingleses. No vamos a permitir que nos roben a las Malvinas. En su última carta me escribió eso”, contó.
Por último, contó que viajó a Malvinas y ahí soltó el perdón a los ingleses. Y su mensaje a la nueva generación de argentinos es “como madre le diría que estudien mucho, que sean obedientes y buenas personas. Capten los valores, cuando icemos la bandera seamos respetuosos. Duele tanto cuando otros no respetan a la celeste y blanca. Las Malvinas son nuestras. Quizás no lo veamos por la edad que tenemos. Tenemos la esperanza que nuestros nietos y biznietos puedan verla recuperar”
Don Hilario dejó el mensaje a la comunidad. “Respeten a los maestros, padres y la bandera. Estudien para que con el diálogo y la inteligencia y la fe en Dios para salir adelante y recuperemos las Islas Malvinas. La guerra no es buena, lastiman a la gente”.
